Golpe de calor e insolación.

En esta época de Primavera Verano es muy común sufrir de insolación o calor excesivo, la primera tiene una relación más directa con el tiempo de exposición solar en la cabeza.

Causas de la insolación y golpe de calor.

Estas enfermedades ocurren cuando el cuerpo no puede mantenerse a temperatura baja. Cuando la temperatura sube el cuerpo se mantiene fresco es cuando el sudor se evapora.

En días calurosos y húmedos, la evaporación del sudor se hace más lenta por el aumento de humedad en el ambiente. Cuando el sudor no es suficiente para bajar la temperatura de su cuerpo, la del cuerpo sube, y usted puede enfermar.

El golpe de calor es provocado por el exceso de calentamiento del cuerpo.

El golpe de calor es la situación provocada por el exceso de calentamiento del cuerpo en un periodo de tiempo relativamente breve. Esta situación puede llegar a representar una amenaza vital y precisa de asistencia médica urgente. 

El aumento anómalo de la temperatura corporal (denominado hipertermia), puede darse en formas diversas, tales como:
 

  • Golpe de calor clásico. También denominado golpe de sol, aunque este término puede conducir a errores de concepto, ya que el trastorno puede aparecer sin relación directa con el efecto del sol. Es habitual que la piel esté sofocada, seca y caliente.
  • El golpe de calor debido al ejercicio, a menudo relacionado con un esfuerzo físico pronunciado, como el que tiene lugar en la actividad deportiva.
  • Quemaduras extensas (incluyendo las producidas por el sol), cuando se ha producido una lesión o destrucción de las glándulas sudoríparas.
  • Ciertos procesos menos frecuentes, como el exceso de actividad de laglándula tiroides (tirotoxicosis).

Temperatura normal del organismo.

  • Recién nacido 36,1 – 37,7
  • Lactante 37,2
  • Niños de 2 a 8 años 37,0
  • Adulto 36,0 – 37, 0 oportuna.
  • Mecanismos de enfriamiento del cuerpo  

El termostato integrado:

El sudor es muy molesto pero fundamental para la vida:  constituye uno de los recursos del organismo para mantener constante la temperatura corporal.

Es muy simple, nuestro cuerpo es tan sólo eficiente dentro de los estrechos márgenes de una temperatura corporal constante. Se ha demostrado que los órganos funcionan de modo óptimo en el entorno de los 37°C. Aunque se incrementen o disminuyan los valores de un modo tan aparentemente mínimo como 1,5°C, el metabolismo se ve reducido en un 20 %. Del mismo modo puede disminuir también el rendimiento del ser humano.   

El centro de control principal que mantiene constante la temperatura corporal es el hipotálamo. Desde esta pequeña e importante reglón cerebral, situada en la parte inferior del cerebro medio, se controla todo lo necesario para el mantenimiento del llamado medio interno, incluyendo la correcta temperatura corporal.

El hipotálamo contiene unos receptores altamente sensibles al frío o al calor externo: los termo receptores. Su complicado trabajo diario consiste en registrar las variaciones térmicas de la sangre que atraviesa el cerebro. Incluso aunque no se modifiquen las condiciones del ambiente, continúa controlando sin pausa. Como la corriente sanguínea pierde calor en su ininterrumpida circulación desde el interior hacia el exterior del cuerpo, debe obtenerse la energía necesaria del metabolismo. El 75% de la continua pérdida de calor corresponde a esta irradiación térmica. Pero el ser humano pierde también temperatura a través de la evaporación de líquidos corporales.


Órdenes a la piel.

La franja de temperatura en la que se puede mantener el cuerpo sin recibir ayuda es la denominada zona térmica neutral. Cuando el hipotálamo registra una variación de los valores normales, conecta sus mecanismos de alarma. Para ello se sirve sobre todo de la piel, que recibe inmediatamente la orden de restablecer el equilibrio térmico. La piel también puede ayudar al hipotálamo a través de sus propios receptores de frío y de calor, que se encuentran ampliamente repartidos por la superficie corporal.

Si la temperatura central se incrementa por el calor, unos dos millones de glándulas sudoríparas distribuidas por la piel humedecen su superficie, mediante la secreción de sudor. Esta mezcla de agua y sustancias minerales, que se secan sobre la piel, se enfría al evaporarse, liberando al cuerpo del exceso de calor. En condiciones normales se pierde por esta vía 0,5 litros de líquido al día, mientras que la fiebre puede provocar 5 litros de sudor al día y los esfuerzos deportivos 2 litros.

Para evitar la retención de calor en niveles peligrosos para la vida, el hipotálamo puede reaccionar con un incremento de la circulación sanguínea de la piel o mediante la dilatación de los numerosos vasos dérmicos. Gracias a estas medidas llegará una mayor afluencia de sangre a la superficie corporal, para ser enfriada por el aire exterior.

Cuando los receptores de frío informan al cerebro sobre la disminución de la temperatura corporal, se ponen en marcha otras medidas para elevarla. El hipotálamo rige determinadas conexiones entre arterias y venas. Gracias a sus órdenes, redes capilares completas no son irrigadas por la sangre, y el caudal sanguíneo de la superficie disminuye drásticamente. De este modo, la sangre caliente permanece en el interior del cuerpo y no puede ser enfriada por el medio ambiente. El estrechamiento de los vasos sanguíneos disminuye asimismo la afluencia de sangre a la superficie fría y permite que la temperatura interna no se reduzca aún más.

En ambas entidades se pueden describir los siguientes síntomas:

  • Congestión facial: Rubicundez de la zona de mejillas y frente, fundamentalmente. Cara roja y caliente.
  • Cefalea: Dolor de cabeza sobre todo en la región frontal.
  • Nauseas y Vómitos.
  • Fatiga y Calambres Musculares.
  • Sed Intensa y Sudoración Profusa: En algunos casos puede faltar la sudoración sobre todo en los que se ha instalado el golpe de calor con deshidratación.
  • Alteración de la conciencia y Convulsiones: En etapas avanzadas sin recibir asistencia médica.

Síntomas y diagnóstico del golpe de calor.

El golpe de calor puede desarrollarse rápidamente y no siempre está precedido por signos alarmantes como dolor de cabeza, vértigo (una sensación de girar) o fatiga. La sudación suele disminuir, aunque no siempre. La piel se encuentra caliente, enrojecida y generalmente seca. El ritmo cardíaco se acelera y, rápidamente, puede alcanzar las 160 o 180 pulsa-ciones por minuto, en contraposición con el índice normal de 60 a 100 pulsaciones por minuto. El ritmo respiratorio se acelera, pero la presión arterial rara vez varía.

La temperatura corporal, que debería tomarse en el recto, asciende rápidamente a 40 o 41 ºC, provocando una sensación de fuego interno. La persona puede sentirse desorientada y confundida, perder rápidamente la consciencia o tener convulsiones.
El golpe de calor puede causar trastornos permanentes o la muerte si no se trata de inmediato. Una temperatura de 41 ºC es muy grave, y una temperatura de sólo un grado más suele ser mortal. Rápidamente podría producirse una lesión permanente en los órganos internos, como el cerebro, llegando a sobrevenir a menudo la muerte. Los ancianos y quienes sufren una enfermedad debilitadora, incluyendo los alcohólicos, tienden a ser los más perjudicados. Por lo general, el diagnóstico de golpe de calor se basa en los síntomas.

Deshidratación.

Es la disminución aguda del agua total del organismo, por disminución de la ingesta o por aumento de las pérdidas, más comúnmente por ambas situaciones asociadas. Este déficit de líquido cursa con disfunción de todos los procesos metabólicos del organismo.

Las causas varían según los grupos etarios, a saber:

  • Lactantes y niños pequeños: fiebre, diarrea, vómitos, de diversas causas.
  • Niño escolar: fiebre, diarrea, vómitos, aumento de pérdidas por calor con ingesta insuficiente.
  • Adultos: Aumento de las pérdidas por el calor y/o gran sudoración, diarrea, vómitos.
  • Ancianos: Disminución de la ingesta, aumento de las pérdidas por el calor y/o gran sudoración, diarrea, vómitos.

De acuerdo al cuadro clínico se la clasifica en deshidratación leve, moderada o grave, según presente mayor o menor signo-sintomatología:

  • Excesiva sed.
  • Sequedad de lengua y mucosa oral.
  • Disminución o ausencia de diuresis.
  • Taquicardia y pulso débil.
  • Pliegue de piel persistente ( se pellizca en dorso de la mano, el pliegue debe desaparecer rápidamente).
  • Ojos hundidos.
  • Aspecto somnoliente y confundido, en etapas avanzadas puede haber irritabilidad o coma.

Primero auxilios:

La deshidratación leve y moderada se puede tratar por vía oral, teniendo en cuenta:

  • Trasladar al paciente a un lugar de sombra, fresco y ventilado.
  • Colocarlo en posición semisentada.
  • Hidratarlo dándole de beber pequeños sorbos de agua fresca, si se cuenta con sales de rehidratación oral de la OMS, es preferible su administración, a un volumen de 20ml/kg de peso en 20 a 30 minutos.
  • Derivación para observación médica.
  • La deshidratación grave ( muy sintomática ) requiere siempre derivación para evaluación, control y tratamiento por guardia hospitalaria.
  • Contenido de las sales de hidratación de la oms

Lo que no debemos hacer.

  • Mojarse la cabeza y luego aplicarse un gorro mojado: Esto disminuye la posibilidad del organismo de eliminar calor por la cabeza, por el aumento de la humedad local y conduce al desarrollo del golpe de calor.
  • Tomar agua solo cuando aparece la sed: El organismo siente sed cuando ya lleva entre 20 y 30 minutos de deshidratado, por lo cual se debe tomar líquido 30 minutos antes de empezar la actividad física y cada 20 minutos durante la misma. Las bebidas “con cola ”son poco eficaces para la hidratación.
  • La práctica de natación (entrenamiento o recreativa) también puede conducir a la deshidratación: El organismo humano requiere consumir agua para hidratarse, no se hidrata por absorción periférica (no somos una esponja), por lo tanto los criterios de hidratación son similares a los de otras prácticas deportivas.

¿Cómo prevenir?

Se deben tener en cuenta una serie de consejos que pueden evitar mayores efectos perjudiciales provocados por un excesivo calor:

  • Aumentar la ingesta de líquidos sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada. Es útil ingerir soluciones isotónicas con el organismo (soluciones de rehidratación oral).
  • Evitar bebidas alcohólicas, muy azucaradas o que contengan cafeína, ya que causan una mayor pérdida de líquidos corporales. Se debe tener cuidado con las bebidas muy frías, debido a que pueden producir calambres en el estómago.
  • Evitar comidas muy copiosas.
  • Tomar abundantes frutas y verduras, teniendo especial cuidado en su manipulación y limpieza para evitar posibles trastornos digestivos que agravarían el problema.
  • No exponerse al sol en exceso, especialmente en las horas centrales del día.
  • Reducir la actividad física.
  • Descansar con frecuencia a la sombra.
  • Usar ropa ligera y holgada, preferentemente de fibras naturales y de colores claros, sombrero, gafas y protectores solares para la piel, que protejan frente a los rayos UVA y UVB y con un factor de protección mínimo de 15.
  • Permanecer en espacios ventilados o acondicionados.
  • Prestar especial atención a personas de riesgo (niños, ancianos y enfermos)

Se recomienda.

Es necesario corregir el desequilibrio entre la ingesta y la eliminación de líquidos para evitar la deshidratación, que dará lugar a la aparición de los efectos negativos que provoca el calor en el organismo. Se deberá aumentar el consumo de líquidos e incluso si fuese necesario, tomar sueros isotónicos que normalicen los niveles sales y de agua.
Si se realiza ejercicio físico, no esperar a tener sed para beber. Es conveniente beber agua antes, durante y después de la actividad física. Las soluciones de rehidratación oral son los productos de elección, toda vez que aportan, de manera perfectamente dosificada, las necesidades de electrolitos, sales y agua.
Se debe evitar el consumo excesivo de alcohol, ya que perjudica y empeora las condiciones de control de la temperatura corporal.
Si se está en tratamiento con fármacos como diuréticos, ß-bloqueantes, anticolinérgicos, digitálicos y barbitúricos pueden causar, entre otros efectos, depleción de volumen, por lo que podrían agravar los procesos provocados por el calor. En caso de estar tomando algún medicamento de estos grupos, conviene extremar las precauciones y consultar al especialista.
Algunas enfermedades pueden causar deshidratación o influir en el centro termorregulador hipotalámico. En este sentido, enfermedades agudas como diarrea, infecciones o quemaduras cutáneas, y crónicas como hipertensión, enfermedades mentales, obesidad e hipertensión, también requieren unas precauciones especiales a la hora de prevenir el golpe de calor.

Protéjase del sol.

Lea las etiquetas de los productos para asegurarse que obtenga:

  • Un «factor de protección solar» (SPF) de 15 o más. El SPF representa el grado de protección que ofrece para evitar que se queme la piel.
  • Protector solar de “amplio espectro” (broad spectrum) le protege contra todo tipo de daño a la piel causado por la luz solar.
  • Protector solar resistente al agua se queda en la piel más tiempo, aunque se moje. Aplique nuevamente protectores solares resistentes al agua según lo indica la etiqueta.

¿Cómo aplicar el protector solar?

  • Aplique la cantidad recomendada de manera uniforme a toda la piel expuesta, especialmente en los labios, la nariz, las orejas, el cuello, las manos y los pies.
  • Aplique el protector solar 15 minutos antes de salir al sol.
  • Si usted no tiene mucho pelo, aplíquese el protector solar en la cabeza o lleve un sombrero.
  • Aplique nuevamente cada dos horas.
  • Proteja aún más a los bebés y niños en el sol. Pregúntele a un profesional de la salud antes de aplicar protector solar a un niño menor de 6 meses.
  • Aplíqueles protector solar a los niños mayores de 6 meses cada vez que salgan.